¡Cartagena es completamente fantástica! Comenzamos con un delicioso desayuno (¡mi favorito en el barco – salmón ahumado y tomates en rodajas con frutas frescas!) Luego tomamos un taxi al centro de la ciudad vieja.
Pude hablar con el conductor: tenía 70 años y hablamos sobre nuestras familias, el trabajo, la comida, y pedí instrucciones específicas sobre los lugares que queríamos ver. Sé que cometí muchos errores, ¡pero él podía entenderme! Y pude leer casi todas las señales de las tiendas y el tráfico. Mamá y Julie se rieron mientras yo traducía tantas como puedo.
Encontramos una cafetería y bebimos café colombiano, ¡delicioso! Caminamos 8 millas y tomamos otro taxi de regreso al barco. Hablé con el segundo taxista también, y fue divertido.
Colombia era tan calurosa y húmeda, pero todos deberían ver Cartagena. La ciudad y el país son hermosos, y me encantó.
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